Mi compañero de pesca y yo decidimos un miércoles de primavera,(por eso de no encontrarnos a nadie), ir de pesca por tierras extremeñas.En las predicciones meteorológicas ponía que el día sería soleado y de temperatura suave, pero como se muestra en las imagenes, el día climatologicamente nos iba a dar la cruz.
Antes de llegar nos encontramos a un par de centenares de leonados poniendose las botas, de no se que, pero que a ellos les debía de gustar mucho, los cuales tras pasar nuestro vehículo y espantarlos volvieron al mismo sitio sobre sus planeos.
Tras llegar al sitio elegido y montar el campamento, mi compañero Josele monta su caña de inglesa y se dispone a lanzar sus veletas en el sitio elegido pero a él los barbos le dieron la espalda, no menos de medio centenar como el de abajo, cogió en un rato. Los cuales también me entraban a mi, a las moscas que montaba para los barbos, como si de truchas se trataran.
Después de la primera caminata, y la primera tormenta, nos dispusimos a comer, y nos cayó la segunda tormenta por lo que tuvimos qu recoger el campamento.
Más tarde y después del segundo chaparron y las prisas, por que no se nos mojaran los viveres y los equipos de pesca parece que los peces se activaron, muestra de ello varios bases,
varias carpas de gran porte las cuales con mi equipo de linea 6, me hicieron de estar trabajando con ellas muchos minutos,
y varios barbos de tamaño pequeño tirando a mediano.
Pero como parecía que iba a caernos el dilubio universal a media tarde tuvimos que plegar las cañas y volver por nuestros pasos al pueblo.
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